EL SURF COMO DISCIPLINA IMPULSORA DE DESTINOS
- Didier Maurice
- 23 ene 2024
- 5 Min. de lectura
El surf en Canarias, del surgimiento espontáneo de nuevos territorios deportivos al laborioso desarrollo turístico.

Teniendo en cuenta la calidad de las olas que rompen sobre el litoral expuesto a los oleajes del Atlántico norte y sus condiciones atmosféricas confortables, Canarias constituye un destino privilegiado para los surfistas europeos, particularmente durante los meses de invierno.
Hace unos pocos años se publicitan en la mayoría de las revistas de la prensa especializada, unos pequeños pueblos costeros de Lanzarote que gozan de una verdadera notoriedad en la comunidad de surfistas, como ejemplo la Caleta de Famara y la Santa.
Situado a pocos kilómetros al norte de la ciudad de Arrecife, dotada de un aeropuerto internacional, las olas de este tramo del litoral Lanzaroteño ya son accesibles en menos de tres horas de avión desde las grandes metrópolis europeas.
Por otra parte, la democratización del surf inducida por la potente mercantilización de la oferta de cursos de entrenamiento y la multiplicación de vuelos de bajo coste con destino a Arrecife, conlleva una creciente frecuentación por los surfistas de estos pueblos rurales, cuya organización espacial estaba hasta ahora estructurada esencialmente por la actividad de la pesca tradicional.
La influencia geográfica del surf se traduce en una integración socioespacial de esta disciplina deportiva en el seno de la estructura territorial de los pueblos de Famara y de la Santa.
Dicha influencia se caracteriza tanto por la multiplicación de las infraestructuras de alojamiento, como de las estructuras consagradas a la mercantilización del surf. Las áreas de acogida están más o menos delimitadas para recibir las furgonetas de los surfistas europeos, sin cuidar especialmente la masificación de vehículos en muchas de las zonas urbanas de los pueblos mencionados y de la playa; las caravanas y autocaravanas, con la consiguiente falta de zonas de descarga de aguas negras, las conductas incívicas, la ausencia de una estrategia turística propia entre los comercios, restaurantes o escuelas de surf, son algunos de los problemas que han ido apareciendo, así como la búsqueda de zonas de aparcamiento o alternativas a la carretera de la playa de Famara.
Las casas construidas en otra época para los pescadores y lugareños no están acondicionadas para promover el tejido asociativo local ni permitir a los jóvenes Lanzaroteños el aprendizaje de la actividad.
Algunos surf-shops surgen en el corazón del pueblo, incluso pegados a la capilla. Su localización refuerza en el visitante la impresión de que un cambio sociocultural está teniendo lugar en el seno de estos asentamientos atípicos entre, por una parte, los valores tradicionales transmitidos en la sociedad canaria y, por otra, aquéllos que estructuran los mitos de un modelo contracultural del cual el surf es heredero.
A la luz de la adopción de un estilo de vida basado en la práctica del surf, al cual se suman numerosos jóvenes locales, todo un proceso de aculturación está, pues, en marcha.
El Presidente del Cabildo de Lanzarote, Oswaldo Betancor, y Lanzarote European Sports Destination buscan posicionar la isla como uno de los destinos de referencia en la práctica del Surf. Indudablemente, la explotación turística del surf, aunque sea laboriosa, constituye la piedra angular de un proyecto de desarrollo que, sin embargo, puede alterar la estructura socioespacial de un pueblo aún rural, que experimenta una forma de sincretismo sociocultural inducida por el anclaje territorial del surf, realizada de manera espontánea desde los inicios de los años dos mil.
Las estrategias de denominación territorial y la puesta en escena geográfica basadas en la influencia socioespacial del surf en los pueblos de Famara y de la Santa se traducen en la utilización del surf en los instrumentos promocionales e iconográficos.
Recorriendo las Islas Canarias en búsqueda de olas vírgenes, los primeros surfistas occidentales generaron de forma espontánea, desde los años setenta, el surgimiento de “nuevas territorialidades” deportivas, que los poderes públicos buscan actualmente institucionalizar y racionalizar con el objetivo del desarrollo local.
Únicamente la frecuentación por parte de los surfistas permitirá evaluar el acierto de este proyecto de desarrollo turístico, más allá de la declaración de intenciones que figuran en los documentos de planificación institucionales.
Además, el uso de espacios artificializados y la atracción por las «olas mercantilizadas» constituirán excelentes indicadores para tomar el pulso de la evolución potencial de la cultura deportiva del surf, cuya búsqueda de una relación privilegiada con la naturaleza constituía hasta ahora el recurso paradigmático.

La industria del surf toma la ola de la Eco-Responsabilidad
La industria del surf quiere hacerlo bien en el campo de la eco-responsabilidad en consonancia con los tiempos. Surgen empresas innovadoras, marcas históricas que se reinventan y todos apuestan por sus compromisos para diferenciarse de una competencia con un apetito feroz.
Contracultura y respeto por la naturaleza. Detrás de esta imagen ideal que llegó a la costa atlántica en los años sesenta, el surf sigue siendo sobre todo una industria muy globalizada, que pesa cada vez más debido al continuo aumento del número de practicantes. En Francia, está especialmente implantado en la costa de Aquitania.
Así, la asociación Eurosima, que agrupa a diversas empresas europeas del sector del deporte de las tablas, con sede en Hossegor (Landas), es uno de sus pilares. Reúne a 167 miembros (incluidos 104 fabricantes y distribuidores) que representan una facturación acumulada de 1.900 millones de euros, más de 4.000 puestos de trabajo, etc. Y tendremos en esta edición de Fitur la ocasión de que nos explique más en detalle su propio presidente, Juan Luís Rodríguez.
El surf de olas gigantes tiene nueva casa
De sobra es conocido que Nazaré forma parte de una red global que promueve la cultura y la industria del surf.
Entre los objetivos de sus regidores territoriales se encuentra el “mejorar el posicionamiento de sus socios como destinos de turismo de surf e impulsar la creación de nuevas empresas locales vinculadas al surf”.
Nazaré ahora pertenece a World Surf Cities [WSCN], una red de cooperación que reúne de momento a 19 municipios de todo el mundo, con ese mismo objetivo de promover la cultura y la industria del surf, así como otras actividades relacionadas con el sector.
La ubicación, los recursos naturales y el tamaño de la población, la industria, los servicios, la cultura del surf y el reconocimiento por parte del municipio de la importancia de esta industria, así como su promoción, son los elementos considerados para la entrada de una nueva ubicación en la red.
“La red busca promover la actividad económica a través del surf, compartiendo conocimientos, ideas y cooperando en proyectos entre ciudades surferas”, son palabras textuales de Walter Chicharro, al frente de la Cámara Municipal de Nazaré. También el podrá ampliar toda la información sobre sus proyectos e iniciativas.
¿Vas a ir a Fitur? Entonces será un buen momento para vernos o para conocernos allí.
Si no puedes, bueno, entonces ¡espero seguir viéndote por aquí!

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